La desconexión de los partidos políticos con la sociedad

La desconexión de los partidos con la ciudadanía

El otro día asistimos a un nuevo espectáculo bochornoso con la presentación pública del acuerdo entre PP y PSOE: los viajes de los parlamentarios no se harán públicos (no dirán ni el destino ni el porqué) y serán controlados por los grupos políticos (ya hemos visto el control que han hecho hasta ahora). Seguirá sin haber una norma que determine qué viajes se pueden hacer con cargo al dinero de los contribuyentes, que es lo que esperaba la ciudadanía.
El pueblo queda asombrado al ver cómo llegan rápidamente a acuerdos en cuestiones que les interesa a ambos y ven imposible alcanzar los de interés popular.
Como sabemos, todos los parlamentarios realizan viajes gratis y sin control para cuestiones institucionales, pero también de partido y privados. Y con el mismo procedimiento, los coches oficiales son utilizados por los cargos públicos para los asuntos que estimen oportuno. Estos últimos con el agravante del gasto en sustanciosas dietas de los conductores.
Esta práctica es muy beneficiosa para los partidos, pues ha permitido a sus cargos moverse con entera libertad sin coste alguno para ellos. Pero esa laxitud y descontrol ha dado pie a muchos excesos y ha escandalizado a la ciudadanía cuando se ha enterado de ello. Los nuevos tiempos exigen otras formas, y así lo demandan los vecinos, e incluso los propios militantes.
Pero parece que no se enteran los destinatarios, dando muestras una vez más de la desconexión que tienen con la sociedad y de lo poco que les preocupa la opinión del pueblo.
Por otra parte, ¿Por qué insiste la Junta y el PSOE en apartar a la juez Alaya de los casos de corrupción (ERE y Cursos de Formación), cuando lo que la opinión pública y la mayoría de los militantes lo que quieren es ver a sus dirigentes exigiendo que se llegue hasta el fondo de la investigación para depurar responsabilidades y sanear la organización?
Con actuaciones como las que preceden, luego se extrañarán de los resultados electorales y harán malabarismos analíticos para justificarlos.
José Guzmán Flores, Chove, noviembre de 2014