- Presentación Alcalde
- Presentación Tte. Alcalde – Delegado de Cultura
- CD La Candelaria y el Carnaval montefrieños
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Los gobiernos, ayuntamientos, asociaciones culturales y ciudadanos en general deben ser responsables de la protección y conservación del patrimonio cultural de los pueblos, y en ese patrimonio cultural se incluyen las tradiciones y costumbres de una comunidad vecinal. Las fiestas, la música, la poesía, el teatro y el arte en general de los pueblos son valores eternos que identifican la vida y la historia de sus vecinos; señas de identidad que definen su personalidad, su forma de ser y de sentir: así son.
Los montefrieños debemos respetar nuestra tradición y sentirnos orgullosos de ella, porque con ello respetamos a nuestros antepasados y a nosotros mismos; nos valoramos, aceptamos y reforzamos nuestra autoestima. Cuanto más nos conocemos más nos respetamos y queremos. Por otra parte, un pueblo que cuida y respeta las costumbres es un pueblo culto, tolerante y educado.
Estas son las ideas que han inspirado este trabajo, el respeto por nuestra tradición cultural, nuestros valores patrimoniales, el amor a nuestra gente y su modo de vida, y quiero ofrecerlo a las generaciones futuras para que lo conozcan, disfruten de él y lo pongan en valor.
Es una tarea basada en el conocimiento, la experiencia y la investigación, puesta a disposición de todos los montefrieños para que la practiquen y conserven con cariño.
Las actividades culturales de los pueblos evolucionan, están en continuo progreso, en permanente recreación, pero siempre deben procurar estar inspiradas y enraizadas en la tradición, en la matriz, en los principios sobre los que se han inspirado.
Las Candelarias y El Carnaval de Montefrío son dos fiestas antiguas, divertidas y muy participativas; dos celebraciones emotivas y recordadas por los vecinos mayores, que se desarrollaban en nuestro pueblo con una forma y estilo propio que debemos tener presente a la hora de su programación y ejecución. Para ello, este trabajo ofrece contenidos, procedimientos y detalles de las mismas, retrotrayéndonos hasta los tiempos de finales del siglo XIX.
El capítulo más importante de este trabajo es el relativo a la copla. Por ello, se han recopilado y se exponen una serie de coplillas populares, con letra y música anónimas de montefrieños aficionados, que se cantaban y bailaban en los corros de las candelarias y el carnaval de entonces, y que se han transcrito para que permanezcan para siempre entre nosotros formando parte de nuestro acervo cultural. Al mismo tiempo, estas coplas pueden servir de modelo para continuar creando con nuevas letras sobre esa matriz melódica o sirviendo de base para nuevas inspiraciones.
Espero que este trabajo sea un documento práctico y útil, de consulta y guía para asociaciones, vecinos y aficionados a la literatura y la música, sirviendo de inspiración en el desarrollo de nuestra tradición, y para la preparación y programación de las fiestas anuales de La Candelaria y El Carnaval, y que se use con la prudencia, el respeto y la educación que siempre han de llevar a gala los montefrieños. Y que proporcione mucho disfrute y alegría, pues con esa intención ha sido realizado.
No se han podido conseguir fotografías que muestren la realidad de estas fiestas por aquellos años; con una carencia tan generalizada de necesidades primarias y de todo tipo es lógico que no existan documentos gráficos. Hemos tenido que conformarnos con fotos de años posteriores, que nada tienen que ver con la realidad de entonces.