El auge turístico de Montefrío
La buena noticia que os adjunto sobre la promoción de Montefrío en la Feria Internacional de Turismo de Tokio, unida a la ya bastante conocida del National Geographic sobre las magníficas vistas panorámicas de nuestro pueblo, suponen dos extraordinarios espaldarazos a la promoción turística montefrieña; dos oportunidades formidables para la puesta en valor internacional de nuestro tesoro patrimonial general.
Consecuentemente, estas sorpresas encontradas podrán reportar (lo están haciendo ya) importantes beneficios económicos y oportunidades de empleo para los vecinos; darán vida a nuestro pueblo y frenarán su despoblamiento (nunca pensé que bajaríamos de seis mil habitantes). La Corporación Municipal, como principal beneficiaria de estos regalos, los está dando a conocer como un éxito de gestión gubernativa y los está publicitando y promocionando creo adecuadamente. Pero no solo basta con la divulgación y promoción de nuestros atractivos y valores, no es suficiente pregonar que merece la pena visitar nuestro pueblo, sino que hay que demostrarlo, hay que hacer que la gente que venga se vaya satisfecha de su visita, que Montefrío en su conjunto (Ayuntamiento, empresas, industrias, comercios, etc.) se esfuercen por hacer que los visitantes se encuentren complacidos y cómodos: servicios, atención, calidad, precios, horarios, etc. Porque no es de recibo que los principales negocios de restauración (bares, restaurantes, cafetería, etc.) cierren el mismo día para descanso del personal o coincidan en las vacaciones. No puede quedar el pueblo sin servicio al cliente de churros en domingo porque es el día de cierre del establecimiento. ¿Qué clase de empresarios tenemos? El cliente debe tener garantizada su atención. ¿Qué propaganda estamos haciendo? ¿Qué dirán los turistas a sus allegados cuando no puedan comer en Montefrío o encuentren dificultad para tomar unas cervezas y tapear? Todos sabemos que el boca a boca atrae tanto o más que los medios de comunicación.
Ya se me han quejado varios amigos y conocidos de la regular atención recibida en sus visitas al pueblo, la falta de profesionalidad en el servicio general. El cliente lo es todo y no solo hay que atenderlo bien sino mimarlo. Aquí tengo que agradecer públicamente el buen trabajo que realiza nuestro querido amigo Manolo “Charrines”, el del trenecito y principal promotor de visitas por grupos de turistas. Suyas son las macetas de las barandas y farolas del centro y del mirador, y también realiza su riego y mantenimiento. Últimamente ha creado el servicio de acceso vehicular a la Villa para los clientes imposibilitados.
La mayoría de los restauradores de Montefrío en la actualidad son de nuevo cuño, no proceden de raigambre ni tradición familiar en el oficio, por lo que carecen de experiencia suficiente y necesitan ayuda y colaboración en su formación como empresarios y trabajadores. Creo que el ayuntamiento debe asumir esta tarea, la de asesorar, formar y coordinar a estos colectivos. Ha de procurar también que todos los centros de interés local estén en perfecto estado de revista, horarios, funcionamiento, accesibilidad, etc. La subida peatonal a la Villa no puede permanecer otro año más en su deficiente estado actual. Los itinerarios principales han de estar limpios y decentes, así como los aparcamientos y miradores (su principal atractivo). Hay que cuidar muy mucho también la maravillosa imagen de nuestra plaza y centro histórico: limpieza, jardines, flores, coches, etc. Y las iglesias siempre disponibles; si tenemos la fortuna de disponer de este maravilloso patrimonio religioso hemos de posibilitar y facilitar a los visitantes su disfrute y deleite.
En definitiva, todos: instituciones, comercios, bares, restaurantes, cafeterías, pastelerías, industrias y vecinos en general debemos esforzarnos por aprovechar esta oportunidad de creación de riqueza y empleo en nuestro pueblo, de desarrollar y consolidar este atractivo surgido tan interesante, porque del subsidio y el paro no se podrá vivir eternamente, y porque oportunidades como las que se nos están presentando no tendremos muchas más; el tren no pasará dos veces por nuestra puerta.
Chove, octubre de 2018