La nueva Ley de Educación: “Ley Celaá”
Yo he firmado el “Manifiesto en defensa del español en Cataluña” promovido por el histórico socialista, Zenón Jiménez Ridruejo, y por el actual dirigente del PSOE, Antonio Miguel Carmona, porque comparto su contenido.
Pero vayamos al punto clave donde se ha centrado la atención del debate: “el carácter vehicular de la lengua”.
El concepto “vehicular”, que aparecía en la hasta ayer Ley de Educación (Ley Orgánica 8/2013, «ley Wert») ha desaparecido en la nueva “Ley Celaá” aprobada el pasado jueves 19 de noviembre en el Congreso.
“El castellano es lengua vehicular de la enseñanza en todo el Estado y las lenguas cooficiales lo son también en las respectivas Comunidades Autónomas…” decía en la Disposición adicional trigésima octava.
Vehicular en lingüística se aplica a la lengua que se utiliza como medio de relación en una determinada comunidad o en una actividad concreta; según explica la Real Academia Española, la lengua vehicular es el idioma que emplean los miembros de una comunidad educativa en sus relaciones cuando existen diferentes lenguas maternas entre sus miembros.
¿Y por qué se ha suprimido ese concepto que garantiza la libertad e igualdad entre todos los ciudadanos de España?, ¿quién lo ha propuesto?
Lo ha propuesto ERC (Esquerra Republicana de Cataluña) a sugerencia de La «Plataforma per la llengua», ese grupo independentista de comisarios lingüísticos voluntarios que se dedica a delatar a quienes no rotulan sus comercios en catalán, espiar el idioma que utilizan los niños en el recreo, etc.
En su argumentación, dice la ministra Celaá que “la aparición o desaparición de esta referencia no va a cambiar nada en cuanto al uso del castellano en la enseñanza”. Entonces, ¿por qué lo suprimen, si no cambia nada, provocando, además, este rechazo social tan fuerte? Una argumentación absurda.
Aduce también la ministra que “…el castellano no fue lengua vehicular hasta 2013 (con la «ley Wert»): será porque no era necesario».
No era necesario hasta 2009, porque la señora Celaá sabe que el concepto “vehicular” aparece por primera vez en la Ley de Educación de Cataluña de 10 de julio de 2009, cuatro años antes.
Artículo 11. El catalán, lengua vehicular y de aprendizaje.
- El catalán, como lengua propia de Cataluña, es la lengua normalmente utilizada como lengua vehicular y de aprendizaje del sistema educativo.
Incluso en la República de 1931 ya aparece el carácter del español como instrumento, medio (vehicular) en el Artículo 50: …Es obligatorio el estudio de la lengua castellana, y esta se usará también como instrumento de enseñanza en todos los centros de instrucción primaria y secundaria de las regiones autónomas…
A mi entender, en las anteriores preguntas de Por qué y Quién está la clave del asunto. A partir de la Ley de Educación catalana de 2009, con la aparición por primera vez del concepto vehicular, en los centros educativos de Cataluña se impuso el catalán como lengua única para todo y todos, y se utilizó como instrumento de proselitismo y adoctrinamiento de la sociedad a través de la educación. Así, se dieron situaciones de avasallamiento, que fueron denunciadas, como la de aquel padre que hablaba con su hija en el patio del colegio y fue recriminado por la profesora porque no lo hacían en catalán, que era la lengua oficial del Plan de Centro. El padre se excusó porque no sabía el catalán, a lo que la profesora le sugirió que se comunicara por gestos y señas.
Denuncias como esta han aparecido muchas en los medios de comunicación, pero todas han sido desestimadas porque la Ley de Educación catalana lo amparaba.
Cuatro años después la situación cambió con la antedicha «ley Wert», una ley de educación de rango superior a la catalana donde se incluía también la “vehicularidad” del castellano para toda España. Desde entonces los ciudadanos han dispuesto de un recurso con el que defenderse ante la justicia. Y aunque esto no supuso un cambio significativo, pues las instituciones educativas catalanas ignoraban e incumplían los veredictos judiciales, ahora los separatistas sufrían sentencias adversas de tribunales que herían su orgullo y desataban su soberbia.
Con la nueva Ley Celaá, Esquerra Republicana de Cataluña ha aprovechado la ocasión para exigir la eliminación de la referencia “El castellano es lengua vehicular de la enseñanza en todo el Estado…” a cambio y como pago de su apoyo, y el gobierno ha aceptado sin importarle los intereses de la ciudadanía.
Esta nueva Ley de Educación, que ha provocado una fuerte división y ha sido aprobada por un solo voto más de los que requiere una Ley orgánica, a mi juicio, se ha malogrado. Su caducidad se observa en el horizonte próximo, porque toda ley que pretenda perdurabilidad debe ser ampliamente consensuada por los principales partidos del congreso y aprobada con una mayoría holgada de votos.
Acabo de redactar mi opinión sobre la ley Celaá y el concepto vehicular del castellano, cuando leo las declaraciones del presidente Sánchez que no hacen más que darme la razón y contradecir a la ministra Celaá.
Dice Sánchez, refiriéndose a que la ‘ley Celaá” no considere el castellano como lengua vehicular, que en España «hay cuatro lenguas cooficiales» y que «la obligación es garantizar la enseñanza y el aprendizaje de esa pluralidad». Es decir, si se suprime la vehicularidad, se “garantiza” que los estudiantes aprendan las dos lenguas en Cataluña. Por tanto:
1º.- La supresión de “el castellano es lengua vehicular de la enseñanza en todo el Estado” sí pretendía un cambio significativo (Celaá decía que no cambiaba nada).
2º.- El cambio responde directamente a la exigencia de ERC y los independentistas. Recobra la vigencia “el catalán como lengua vehicular en el sistema educativo de Cataluña”.
3º.- De estos argumentos se deduce lo que algunos vienen opinando en los medios de comunicación: el objetivo es garantizar que el catalán se aprenda en la escuela aun en menoscabo del castellano, que este ya lo aprenderán en sus casas con las familias.
Chove, Granada, a 22 de noviembre de 2020