Reflexiones ante los acontecimientos políticos de finales de 2015

Reflexiones ante los últimos acontecimientos políticos:

– Ya mostré mi perplejidad en reflexiones anteriores ante el desconocimiento de la realidad, la baja autoestima y la falta de ambición del PSOE cuando se conforma e incluso considera un triunfo los resultados electorales con superar las encuestas previas. Ahora, además, se interpretan estos resultados para hacer un ajuste de cuentas en lugar de descifrar el verdadero mensaje del pueblo, anteponiendo los intereses personales y partidistas a los de los ciudadanos. ¿Dónde está la altura de miras del socialismo histórico?

– Interpreto los resultados electorales como un hartazgo de la ciudadanía de que los grandes partidos tradicionales utilicen la confianza de los votantes para su beneficio propio, dejando en un segundo plano las necesidades básicas de la sociedad. El pueblo prefiere un parlamento ingobernable que gobernable sólo para unos. Se pretende obligar a los grupos parlamentarios a que se pongan de acuerdo, a que primen su atención al pueblo aunando esfuerzos y respaldando coaliciones o acuerdos importantes y de largo alcance. Gobernar con mayoría holgada puede hacerla hasta el concejal más inepto de un pueblo. Pero éste es un nuevo tiempo para hacer política con mayúsculas; aquí se van a ver los políticos de altura y con sentido de Estado. Pero, ¿habrá en la cámara verdaderos parlamentarios y de este requerido nivel?. Porque es imposible la formación de gobierno a la antigua usanza, que un gobierno en solitario de uno de los dos bandos pueda asumir con propiedad y solidez los grandes retos que se avecinan: constitución, economía, empleo, ley electoral, política territorial y de bienestar, educación, salud, etc.

Se impone el intentar un gran acuerdo entre todos los grupos parlamentarios que se predispongan a ello, prioritariamente los de ámbito nacional PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida, sin condiciones previas y cediendo responsablemente por igual en sus pretensiones infranqueables.

Ni que decir tiene que los grupos políticos conservarían su libertad de iniciativas y autonomía para ejercer la función parlamentaria propia en todo los demás asuntos de cada programa electoral, pero garantizando los acuerdos de largo alcance y con gran respaldo para los consensuados como imprescindibles.

Estos grandes acuerdos ya se han experimentado en otros países como Italia, Grecia y Alemania. Concretamente, los alemanes acordaron en 2013 la macrocoalición conocida como “Groko” (Grobe Koalition, Gran Coalición), en la que los conservadores, que podrían haber gobernado en solitario con apoyos puntuales, en pos de un gobierno sólido tuvieron que admitir el salario mínimo de 8,5 € la hora y rebajar la edad de jubilación a los 63 años para los empleados con 45 años de vida laboral, las dos propuestas principales del programa socialista, y los socialistas asumieron, del programa conservador, elevar la edad de jubilación para el resto a los 67 años. Y hasta ahora, según las noticias, las cosas parece que le van bien a los alemanes en su conjunto, partidos y ciudadanos.

Se comprende también el temor de los socialistas a este tipo de aventuras que podrían resultar perjudiciales para el partido, pero pienso que es preferible el riesgo que retomar políticas ya conocidas de parcheo y de perder el tiempo deshaciendo lo que el gobierno anterior ha realizado. Por otra parte, la ciudadanía comprendería este riesgo y esfuerzo y lo premiaría en un futuro. En caso contrario, que los votantes socialistas se pasaran a otras candidaturas, más vale una vez colorado que cien amarillo, porque de persistir en políticas anteriores la pérdida de votos sería menor pero permanente, con lo que el final sería el mismo aunque más agonioso. Porque la pérdida progresiva de votos del PSOE se debe a la falta de conexión de éste con la ciudadanía, y mientras ésta se mantenga la recuperación será inútil. Se impone un cambio drástico en el PSOE, una regeneración de políticas y políticos.

– Con respecto al caso catalán, decir una vez más que Más debería irse ya de una vez y así aliviaría su calvario, el de los catalanes y el de todos los españoles. No creo que consiga mayor humillación y descalificación en su vida, y el empate de risa de la CUP del pasado domingo lo ha denigrado aún más si cabe.

– Inaudito, la CUP rinde la democracia asamblearia ante la democracia participativa al no conseguir un acuerdo con aquélla y someterse a ésta: la decisión que no logró la asamblea la tiene que adoptar ahora el consejo político. También es mucha casualidad un empate a 1515 votos; como dice el presidente de la Sociedad Balear de Matemáticas, Daniel Ruiz Aguilera, “es como tirar 3030 monedas al aire y que salgan 1515 caras y 1515 cruces”. Estos detalles pueden ser señal de que la CUP esté empezando a ser la siguiente víctima del efecto aniquilador de Mas.

Chove, Granada, diciembre de 2015

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