¿Dos hospitales completos para Granada?
En tiempos de mi juventud, estaba un muchacho sentado en el tranco de su puerta en la calle Cuchareras, en Montefrío, entretenido con un vecinillo de corta edad. Era verano, y se divertía el mozalbete mandando al pequeño inocente a que le pegara con una varilla muy fina de mimbre en las piernas desnudas (llevábamos casi todos pantalones cortos) a los niños que pasaban por su calle. El respingo que daban aquellos cuando recibían el azote le provocaba mucha risa al joven. Pero, ¡mira tú por dónde!, apareció por la esquina un hermano del muchacho con sus pantalones cortos también, y el parvulillo, instintivamente, salió corriendo para repetir la divertida flagelación, a lo que el joven, con gesto desesperado le gritaba: ¡a ese no, a ese no, que es mi hermano y le duele!
Me he acordado de esta anécdota al leer la excusa que daba mi estimado Paco Cuenca, alcalde de Granada, a los convocantes de las manifestaciones por los dos hospitales completos cuando estos le exigían responsabilidades sobre la materia. “Yo no tengo competencias en materia de salud”, decía este, pero olvidaba mientras se excusaba con este argumento que tampoco las tiene de Fomento o Renfe, y aquí sí comandaba las reivindicaciones y salía en cabeza de la expedición a Madrid exigiendo la normalización de la comunicación ferroviaria. En cualquier caso, a un alcalde siempre le compete todo aquello que afecte a sus ciudadanos.
Lo mismo podría decirse del presidente de la Diputación Provincial, mi paisano Pepe Entrena, al que tampoco se le oye decir nada de los hospitales.
Tanto a mi amigo Paco como a mi paisano Pepe les hubiera servido como razón principal de su mutismo la del joven montefrieño, argumentando aquello de que “a ese no, a ese no, que es mi hermano y le duele”.
También quedo asombrado cuando oigo decir a Higinio Almagro, el Delegado de Salud de la Junta en Granada, que se está organizando todo y haciendo los cambios necesarios para ofrecer a la ciudadanía los servicios de dos hospitales completos, cuando hace unas semanas, al inicio de las reivindicaciones populares, contestaba radicalmente en los medios con que no se iba a mover una coma del proyecto original. Y sigue ahí tan campante sin argumentar su cambio de actitud ni pedir la más mínima disculpa.
¿Y la secretaria general provincial del PSOE? ¿Hay secretario general socialista en Granada o está el puesto vacante? ¿Dónde está? No sabe, no contesta. Tampoco se ha preocupado de informarse bien y decir algo, una cosa u otra, pero dar alguna explicación pública coherente que marque las directrices políticas socialistas en esta materia a los afiliados y ciudadanos.
¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué se le está volviendo en contra al gobierno socialista andaluz una inversión tan importante en materia de salud en Granada? Porque nuestros representantes no tienen competencia personal, ni política ni administrativa. Y digo bien, estoy de acuerdo con ellos, no tienen competencia ni personal (son mindudis) ni política (son pipiolos) ni administrativa (son guiñoles).
Seguramente, Higinio reprodujo ante los medios lo que le contestó el Director General cuando aquel le comunicó las protestas de los granadinos. Pero en Sevilla no ven ni conocen nuestra realidad, y le corresponde al Delegado y a nuestros políticos granadinos exhortar a sus superiores para que atiendan las demandas de los granadinos o pedirles respuestas razonadas y justificadas con las que puedan ellos dar explicaciones lógicas y convincentes a sus conciudadanos. Es decir, responder a la demanda ciudadana y atender sus quejas dando información y explicaciones a tiempo de si se puede o no se puede atender su petición. Claro que, para esto hay que tener, además de competencia personal, política y administrativa, valentía y convicción propia, y no solo acogerse al argumento del joven montefrieño.
Chove, enero de 2017