La suerte en la política
La suerte juega también un importante papel en la política, como en todas las facetas de la vida.
¡Hay que ver lo que es la suerte!, quién le iba a decir a Rajoy en enero de 2016 que un año después iba a salir endiosado en el congreso de su partido; fue aclamado al obtener el 95,65% de los votos, y el porcentaje que le faltó seguro que fue a propósito para no dar el cante del cien por cien.
Precisamente, hace trece meses, Mariano Rajoy obtuvo uno de los peores resultados electorales de su vida política y, tras los mismos, muy pocos afiliados al partido popular dudaban de la necesidad de relevarlo; nadie daba un duro por él. Pero tuvo la suerte de que Pedro Sánchez se negara en redondo a negociar nada cerrándose en el “no es no”. Si el candidato socialista, Sánchez, negocia, entre otras cosas, la sustitución de Mariano, este llevaría un año criando malvas en el camposanto político, estoy seguro de ello. Y ahí está, la misma persona, pero no el mismo personaje, un año después. ¡Quién lo vio y quién lo ve!
Seguro que se ha acordado de esto Mariano cuando ha recibido la felicitación de Sánchez, pues a él le debe todo su éxito. ¡Qué suerte tienen algunos!
La suerte de los pobres
Sin embargo, los pobres no tienen tanta suerte; la pobreza se hereda. Los medios de comunicación informaron el otro día de los resultados de un estudio de Cáritas en el que se ponía de manifiesto que sólo el 20% de los hijos de una familia pobre podría salir de ese ámbito de pobreza.
Chove, febrero de 2017