Las candidaturas electorales de los presos y fugados de la justicia

Las candidaturas electorales de los presos y fugados de la justicia

La Constitución española establece en su “Título I: De los derechos y deberes fundamentales”, en general, el derecho a “La Libertad” de las personas. Es decir, la libertad es de lo primero y primordial para los ciudadanos. Algo grave ha debido cometer aquel al que la justicia le priva de su principal derecho: la libertad.

Los golpistas independentistas catalanes están en la cárcel preventivamente por saltarse la ley, y no se les permite su libertad porque pueden reincidir en su fechoría o pueden darse a la fuga como así lo han hecho ya algunos otros. Y cuando se está en la cárcel se pierde toda libertad.

Pues bien, estos delincuentes, por el hecho de presentarse a las elecciones, pretenden la libertad para ejercer sus derechos como candidatos y posteriormente como representantes del pueblo, si son elegidos. Y yo me pregunto ¿cómo va a prevalecer el derecho de candidato al derecho de libertad si el derecho de candidato no es fundamental? ¿ya no son un peligro para la sociedad ni para reincidir o escaparse, ni aun habiendo manifestado públicamente su no arrepentimiento y persistencia en su intención maligna? ¿Ya se han reeducado y reinsertado socialmente como dice el Artículo 25 punto 2? Esto es un cachondeo, como diría el alcalde de Jerez, Pedro Pacheco. Según el diccionario de la RAE, una persona mala es aquella “que se opone a la razón o a la ley”, y una persona mala, que está en la cárcel por mala, es una aberración que se presente como candidata a las elecciones. No debería ser candidata ni mucho menos participar en la campaña electoral. La candidatura de un preso es una aberración, y si logra la representación, una degeneración democrática.

Yo no entiendo de leyes e imagino que los jueces cumplen con su función de interpretar y aplicar el ordenamiento jurídico, pero mi sentido común me dice que no se puede permitir que pretendan representar a la sociedad aquellos que persisten en su idea de romperla, destruirla. ¿Cómo vamos a poner a las zorras a representar a las gallinas? ¿El que está en la cárcel por dañino y malo va a defender nuestros intereses? Yo lo veo como un claro insulto a la razón y una degradación del sentido común.

Habría que revisar la ley, pero, ¿interesará?

Chove, mayo de 2019

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