Las vacunas en el mundo globalizado
El otro día me enteré de que Reino Unido había tirado a la basura 300 millones de vacunas contra el COVID por haber caducado. La noticia, de poca difusión, me produjo una gran indignación. Estas vacunas han estado esperando la posibilidad de ser necesitadas por algún británico hasta que han prescrito, mientras que en otros lugares moría gente por no disponer de ellas; el egoísmo extremo de los nacionalismos fundamentalistas, de los gobiernos y de las personas que solo piensan en ellos: solo para mí, y los demás que se las apañen como puedan. Esto es inconcebible y no debería consentirse por la comunidad internacional.
No nos estamos dando cuenta de que el recurso egoísta, camuflado de solidario, es tan imprescindible como útil en este mundo globalizado en el que vivimos. Ya no es solo por solidaridad y humanidad la necesidad de atención y ayuda a los más pobres y desgraciados, sino por egoísmo y puro interés propio. En tiempo de pandemias, calamidades o cualquier otra urgencia social, y yo diría de cualquier faceta de la vida, mientras que no se atienda a los más necesitados y desgraciados siempre sufriremos todos las consecuencias de su insolvencia. Las enfermedades y el hambre no tienen fronteras en el mundo actual, los padecimientos de una parte se propagarán rápidamente por toda la tierra. Cada día comprobamos en televisión la imposibilidad de mantenernos al margen ante la inmigración por causas de guerra, inseguridad, hambre, etc.
Mientras que no se apliquen programas generalizados y coordinados de protección y vacunación en el mudo, estaremos todos en peligro de contagio. Sirve de muy poco o como solución temporal la cancelación de vuelos a países determinados, el cierre de fronteras, el pasaporte o certificado, inyectarnos nosotros más dosis de vacunas, etc; siempre habrá alguien que se cuele y lo propague.
Y es más, la situación epidemiológica a nivel mundial provoca la aparición de variantes como la sudafricana ómicron y otras que vendrán después, que esquivarán la capacidad de defensa y protección de nuestras vacunas.
En definitiva, por solidaridad, egoísmo y sentido común, en este cortijo-mundo en el que vivimos todos, estamos obligados a actuar globalmente, para todos, para que también todos podamos vivir mejor.
Chove, diciembre de 2021
Totalmente de acuerdo con tu punto de vista. Mientras no se vacune a la mayor parte de la población mundial, estaremos espuestos a estas variantes.
Aunque solo sea por puro egoísmo.
Feliz Año Nuevo!